Anorexia nerviosa 

Anorexia nerviosa 

Por Maricruz Rahme

La anorexia nerviosa es uno de los trastornos de la conducta alimentaria más comunes entre adolescentes de 13 a 18 años.

Este trastorno se caracteriza por la restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades del cuerpo, lo que conduce a un peso corporal significativamente bajo, un miedo intenso a ganar peso o engordar, y una alteración en la percepción que la persona tiene sobre su propio peso o constitución.

¿Cómo podemos identificar si alguien está padeciendo este trastorno? Algunas señales de alerta incluyen:  

  • Amenorrea (ausencia del periodo menstrual)  
  • Vómito autoinducido  
  • Uso inadecuado de laxantes  
  • Síntomas de depresión  
  • Aislamiento social, irritabilidad e insomnio  
  • Pensamientos obsesivos sobre la comida y preocupación por comer en público  
  • Niveles excesivos de actividad física

Las consecuencias de la anorexia nerviosa para la salud mental y física pueden ser graves, incluyendo desnutrición severa, pérdida de masa ósea, alteraciones en los sistemas cardiovascular y renal, problemas hormonales, aumento del riesgo de suicidio y otras complicaciones psicológicas.

Existen diversos factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de este trastorno. Entre ellos destacan la presión social y cultural que exalta la delgadez extrema, visible en medios de comunicación y redes sociales; factores psicológicos como baja autoestima, ansiedad y depresión; factores familiares vinculados a entornos disfuncionales o antecedentes de trastornos alimentarios; y factores biológicos, tales como predisposición genética y desequilibrios neuroquímicos.

El tratamiento ideal para la anorexia nerviosa es integral y multidisciplinario. Debe incluir atención médica para abordar las complicaciones físicas y nutricionales; terapia psicológica, siendo la terapia cognitivo-conductual la más efectiva para modificar tanto los pensamientos disfuncionales como las conductas perjudiciales relacionadas con la alimentación, el peso y la imagen corporal; y, finalmente, el apoyo familiar, pieza clave en el proceso terapéutico que puede mejorar significativamente los resultados.

Si tú o alguien cercano está enfrentando este trastorno, es fundamental buscar apoyo profesional. Como especialista en trastornos de la conducta alimentaria, estoy disponible para acompañarte y ofrecerte un tratamiento personalizado que promueva tu recuperación y bienestar integral. No dudes en contactarme para iniciar un camino hacia la salud y la esperanza.

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