El vacío que llenamos con compras
Por Maricruz Rahme
Todos hemos caído ante una oferta tentadora de un producto o servicio, pero ¿qué pasa cuando solo compramos por comprar? Existen diferentes tipos de compras; entre ellas están las compras impulsivas o irracionales, que se caracterizan por no tener una planificación previa ni una necesidad real, y que suelen estar motivadas por la emoción del momento (tristeza, entusiasmo, ansiedad o euforia).
¿Cómo sabemos que se está comprando por impulso o de manera irracional? Estas son algunas de las características que las identifican:
- No están planificadas: no forman parte del presupuesto ni de una lista de compras.
- Son emocionales: se hacen para sentirse mejor, recompensarse o calmar una emoción negativa.
- Son rápidas: la decisión se toma sin analizar el precio, la necesidad o la utilidad.
- Suelen generar culpa: tras la compra, muchas personas experimentan arrepentimiento o frustración.
Este estilo de compra se ve favorecido por el estrés, el aburrimiento o la tristeza. Y no podemos olvidar las múltiples facilidades de pago que, combinadas con lo anterior, son el detonante perfecto para realizar dicha conducta.
No debe perderse de vista que las compras por impulso se convierten en alivios momentáneos o generan una especie de «anestesia emocional». Comprar de esa manera puede ser una forma de sentirse valioso o aceptado; en el fondo, se busca llenar vacíos de autovaloración o afirmar una identidad a través del consumo. El acto de comprar genera una ilusión de control y plenitud, aunque sea momentánea.
Una de las terapias recomendadas para esta conducta es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la cual ayuda a analizar los pensamientos, creencias y conductas que participan en este problema.
Antes de realizar una compra impulsiva, debemos preguntarnos si es lo que necesitamos o solo es lo que deseamos. Si la compra es en línea, antes de hacer clic en comprar se sugiere dejarlo en la lista o en el carrito y esperar uno o dos días (en la mayoría de los casos la urgencia desaparece). Evaluar el costo emocional, no solamente el económico. Analiza tu estado emocional para identificar si se está comprando por ansiedad, aburrimiento, tristeza, enojo o soledad. Si la emoción es intensa, no tomes decisiones en ese momento.
Si buscas apoyo profesional para abordar este patrón de compra, puedes consultarme. Como especialista, puedo acompañarte para identificar desencadenantes, diseñar estrategias de manejo y crear un plan de intervención personalizado.
Psicóloga Maricruz Rahme en redes sociales
Facebook: https://www.facebook.com/share/19YZtS7dDg/?mibextid=wwXIfr
Instagram: @psic.maricruz.rahme
psic.maricruz.rahme@gmail.com
Contacto: 56 1686 1523
Los textos publicados en la sección de Opinión son responsabilidad exclusiva del autor.
Te puede interesar: El papel de la terapia en tu bienestar
Entérate de las noticias por medio de nuestra cuenta oficial en Instagram




