Leslie Figueroa
Por: Leslie Figueroa
En el marco del día internacional de la prevención del suicidio, es importante que no sólo visibilicemos los padecimientos de salud emocional sino que comprendamos la gravedad de este fenómeno que hoy en día es un problema de salud pública que cada vez cobra más vidas, colocándose como la segunda causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años de edad en nuestro país, de acuerdo con el INEGI.
La educación emocional en pro del bienestar integral debería ser materia obligada en los programas de educación básica, media superior y superior, para que las infancias y adolescencias entiendan desde temprana edad sobre el manejo de las emociones y con herramientas puedan auto observarse e identificar cuando necesitan ayuda, contención o acompañamiento, qué es lo que sienten y de donde provienen sus sentimientos y puedan ser validados.
El personal docente también juega un papel muy importante, así como la familia que es el núcleo inmediato de los primeros modelos de relación, es por esto que como población en general debemos de tener conversaciones nutritivas, no sólo capacitaciones sobre estos temas que afectan de forma directa nuestra sociedad y tienen consecuencias muy graves sino también apertura para romper paradigmas y que en comunidad podamos construir redes de apoyo que sean un contrapeso positivo ante un problema tan complejo como lo es el suicidio.
Las políticas públicas, cuando las hay, no son proporcionales al problema que cada día aumenta, las causas de este fenómeno son multi factoriales y los avances legislativos en materia de salud mental desgraciadamente han sido pocos mientras que, su relación con el respeto a la dignidad de las personas con padecimientos emocionales y psicológicos también resulta insuficiente, ya que aún se estigmatiza y se discrimina a esta población en situación de vulnerabilidad y no se destinan suficientes recursos económicos a programas de prevención y contención.
De acuerdo con datos del INEGI, durante el año pasado (2021) se registraron un total de 8,847 suicidios a nivel nacional, es decir que, 23 personas se quitaron la vida diariamente, en promedio 19 hombres y 5 mujeres.
Los 5 estados con mayor tasa de suicidio son: Chihuahua, Yucatán, Aguascalientes, Campeche y Coahuila. Aguascalientes sigue en los 5 primeros con más suicidios a nivel nacional y en lo que va del año, suman ya 101, mientras que 2021 cerró con 171.
Factores múltiples.
En México 3 de cada 10 personas de la comunidad LGBTTTIQ+ ha tenido intentos de suicidio, mientras que el 70% de la población joven ha tenido ideación suicida, esto refleja la importancia de crear espacios seguros donde la identidad y orientación sexual no sean objeto de discriminación.
De 2019 a 2021, los casos de suicidio incrementaron 15% en el país. Fueron 7,223 casos en 2019. Se registraron 7,896 en 2020 y 8,351 en 2021, no es una coincidencia que estos números hayan aumentado en medio de una pandemia mundial y un confinamiento sin precedentes, aún estamos viviendo las “ réplicas “ de esta pandemia que aún no termina, entre las quintas olas y el rezago en materia de educación en medio de una crisis financiera mundial parecería que no hay mucho que hacer, pero si lo hay.
Una forma de colaborar a disminuir estas cifras y de tejer redes de apoyo en comunidad es abrirse al diálogo y poner atención ante señales de alerta en nosotros y en los demás, tales como; Aislamiento, apatía, exposición a situaciones de riesgo, pensamientos autodestructivos y cambio de hábitos repentinos.
Identificarlos puede hacer una gran diferencia.
Mientras que algunas herramientas pueden ayudarnos a brindar contención o convertirnos en espacios seguros de expresión y acompañamiento son; la escucha activa sin culpar, interrumpir o penalizar, evitar juicios, descalificaciones y opiniones personales, ajustarnos a la edad de la persona y lo más importante validar lo que la persona siente.
Y si eres tú quien se siente así:
Háblalo con quién más confianza tengas.
De ser posible, busca apoyo profesional o acompañamiento.
Evita consumir drogas, alcohol o automedicarte.
Evita colocarte en situaciones de riesgo.
Si es posible, haz ejercicio.
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