Fernando Belaunzarán.
Por Fernando Belaunzarán
Nada es más importante que lograr la paz.
Los tres candidatos a la presidencia fueron convocados por la Conferencia del Episcopado Mexicano para suscribir el Compromiso por la Paz.
El documento es producto del diálogo entre 1600 instituciones y 20 mil personas, trabajo de dos años en mil foros y conversatorios donde participaron universidades, iglesias, sociedad civil, empresarios, indígenas, migrantes y colectivos.
El documento tiene una perspectiva integral y multidisciplinaria que demanda superar la polarización para, partiendo de lo local, atender el problema como un asunto de Estado que trascienda la coyuntura. Consta de siete temas: Tejido Social, Seguridad, Justicia, Cárceles, Adolescentes, Gobernanza y Derechos Humanos. Las más de cien propuestas a los tres órdenes de gobierno se basan en evidencia.
La candidata oficial solo acudió por el cálculo electoral de la foto. Con frívola arrogancia, enmendó la plana a los convocantes con un adendum que rechaza puntos nodales del diagnóstico, precisamente los que dan sentido a las soluciones enunciadas.
Reciclando los otros datos del presidente, Sheinbaum no ve miedo, desconfianza, incertidumbre ni descomposición social; tampoco control territorial y economía criminal en expansión, bueno, ni siquiera acepta que el país se ha militarizado. Ella insiste en defender y continuar la estrategia fallida de López Obrador.
En cambio, Xóchitl Gálvez sí reconoce los errores cometidos desde hace dos décadas y se compromete con este gran esfuerzo para traer seguridad a las familias.
Sabe que el Estado tiene la obligación de proteger a la población y enfrentar a los criminales por poderosos que sean, cumpliendo las garantías constitucionales en un país que debe ser más justo, libre y democrático. Eso pasa por redirigir las labores de inteligencia que hoy se usan contra la oposición, así como por fortalecer, profesionalizar y dignificar a las policías locales.
Tenemos que lograrlo, nos va la vida en ello.
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