Héctor Escalante.
En las últimas semanas se ha hecho más viral (no es algo nuevo) el aventar peluches con la figura del llamado “Dr. Simi” a los conciertos, lo mismo en México que incluso en Europa, como le sucedió a Café Tacvba en Bélgica, evento que se ha vuelto desafortunado para Rubén Albarrán por decapitarlo, las críticas en redes fueron severas.
Probablemente Rubén Albarrán, tiene contexto de lo que representa ese peluche, las Farmacias Similares y su dueño Víctor González Torres. No es el caso de Iron Maiden, Lady Gaga, My Chemical Romance, Gorilaz, Rosalía u otros tantos que se han sentido halagados con el gesto del muñeco lanzado al escenario. La forma no fue la adecuada, pero su repudio pudiera ser válido.
¿Quién es el personaje que está detrás de ese peluche que pareciera tanto nos representa como mexicanos? Víctor González, empresario farmacéutico, quien se ha vuelto millonario con sus cadenas de Farmacias Similares. Hombre que quiso ser presidente de México en el año 2006 sin partido (no necesariamente ciudadano) y quien gasta una fortuna en publicidad para vender su biografía, serie de YouTube y sus peluches.
Hay tanto que podría representar a nuestro país como símbolo de ofrenda a un artista, que parece un acto incomprensible, que sea un muñeco de una cadena de farmacias de un dueño quien se ha enriquecido a costa de la falta de servicios de salud de calidad en nuestro país. Ese no debería ser nuestro mejor regalo.
Más de una persona pensará que lo que realizó Café Tacvba fue un acto de amargura y violento, la verdad es que es bastante coherente con su manera de conducirse a lo largo de su carrera. Sin duda debió omitir el comentario hacia la reina y no hacer referencia a la decapitación, eso muestra violencia y fue un error.
Subirse al tren del mame no siempre es lo más astuto, ser gracioso no significa ser banal. Para un mexicano no debería ser difícil entender el por qué Rubén no quiere al peluche de las farmacias de Víctor González, quien, por cierto, facturan 16 mil millones de pesos anuales en nuestro país.
Los artistas extranjeros no tienen ningún contexto sobre quién es el Dr. Simi, hacer un comparativo con una imagen de Bruce Dickinson (vocalista de Iron Maiden) y Rubén Albarrán, no solo es muy pobre en su análisis sino equivocada. Habría que aventarle un peluche de Boris Jhonson y esperar su reacción, posiblemente sería similar a la de Rubén.
La farmaceutica ha señalado que el muñeco lo hacen personas con capacidades diferentes y que comercializarlo o hacerlo popular en conciertos implica darle mas trabajo a quienes lo elaboran. Ese tampoco debería ser el debate, es poco probable que quien aviente el peluche sepa esta información.
Algo que pareciera chistoso dejó de serlo, las modas en muchos momentos representan un momento efímero. Hoy a muchos no nos resulta divertido el acto de aventar peluches del Dr. Simi, con información sobre quién está detrás del muñeco, no solo no es chistoso sino molesto. Alabar a la mascota de un empresario que se hizo millonario a costa de la situación económica y social de la gente no parece lo mas inteligente ni divertido.
Probablemente después de lo que sucedió con Café Tacvba crecerá este acto, el tiempo dirá si muere o seguirá la propaganda gratuita a similares (vale la pena escuchar el spot de radio que ya lo refiere). Ni hablar, es lo que hay.
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