Alex Herrera.
¡Recomiéndame una! – Pedro Páramo
La imagen, en el cine, es el mejor recurso narrativo del cual el cineasta puede disponer para impactar directamente en la conciencia de un espectador, ni mil diálogos logran graduarse en la memoria como una imagen bien realizada.
Pero, ¿qué sucede cuando el filme es una adaptación de una de las mayores obras literarias de habla hispana que se hayan escrito hasta ahora?
Pedro Páramo es uno de los mayores retos cinematográficos que cualquier cineasta pudiera tener. La imagen literaria de Juan Rulfo, en cada palabra escrita para su obra maestra, es un viaje a través de la imaginación de cada persona que le hemos leído; subjetividad, subconsciente, delirio, un viaje onírico que cada uno puede interpretar con los ojos cerrados y de distinta manera.
No por nada Pedro Páramo ha tenido versiones previas que, para muchos, fueron mal logradas y no le hicieron justicia en el celuloide.
Con ese sesgo me dispuse a ver una película que me resistía a juzgar, sea porque la novela me dejó huellas inolvidables o porque es quizá una especie de Ópera Prima para Rodrigo Prieto, cinefotógrafo multi laureado que ha trabajado en obras maestras como Babel, 21 gramos, El Lobo de Wall Street y El Irlandés, por mencionar algunas, pero que en muy pocas ocasiones, en la historia del cine, un fotógrafo ha dirigido una película de esta magnitud y salido avante en el intento.
Me quito el sombrero ante Rodrigo pues todas las técnicas visuales, todos los planos, cada imagen en este filme, son una muestra de madurez y talento, no sólo hablo del fotógrafo, hablo del “novel” director que ha trabajado para los mejores durante décadas.
Sin duda este proyecto es uno que se ha tramado por años y vio luz en la pantalla este año de manera magistral. Sobra decir que la dirección es muy correcta; Tenoch Huerta, Héctor Kotsifakis, Ilse Salas sobresalen por su actuación y en la interpretación de sus textos.
A pesar de que la musicalización de Gustavo Santaolalla es hermosa, como siempre, me parece que pudo haber tenido un sentimiento más mexicano. Por momentos escucho guitarras que llevan el sello clásico de Santaolalla por encima de los acordes revolucionarios que se antojan y que cada mexicano siente en las venas, de esos que Manuel Payno o el mismo Rulfo nos hacen escuchar en cada alegoría y en cada una de sus metáforas.
Rodrigo Prieto salió avante de una historia muy compleja de narrarse tanto en la adaptación del guión como en el montaje de una historia que ya era fantástica.
Esta película es imperdible, tanto en streaming (Netflix), como en pantalla grande en donde pueden apreciarse los detalles de esta gran obra cinematográfica.
No dejaré de afirmar que las mejores películas se cuentan desde el guión y es allí donde se resuelven las grandes historias.
Por ello recomiendo a todos aquellos que comienzan a dar sus primeros pasos cinematográficos tomar cursos y talleres de guión como los que se ofrecen en El Inquilino Guionista, y en donde próximamente se impartirá el Taller de Perfeccionamiento de Guiones “con voz propia” por el gran cineasta Julio Hernández Cordón quien ha destacado en Cannes, Locarno, San Sebastián, entre muchos más y está dirigido a cineastas con proyectos de guión para largometraje. Busquen a El Inquilino Guionista en la casa del libro.
Si tienen alguna película que sea una adaptación de una obra literaria, recomiéndenme una.
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