La fiesta de la oficina: ¿diversión o riesgo laboral?

La fiesta de la oficina: ¿diversión o riesgo laboral?

Por Maricruz Rahme

Los compromisos laborales de fin de año suelen ser ineludibles; sin embargo, aunque se presenten como eventos «sociales», se realizan en un contexto laboral y el comportamiento durante el evento puede influir de forma directa o indirecta en la permanencia en la empresa.

La idea de realizar este tipo de actividades en la empresa es fortalecer vínculos mediante la convivencia en un ambiente más relajado, para favorecer la cercanía y la empatía entre los compañeros. Ver a los colegas fuera de su rol profesional reduce tensiones y mejora la comunicación, además de brindar un sentido de pertenencia a la empresa y reforzar la identidad de equipo. Esos espacios pueden facilitar la reducción del estrés tras un año de exigencias laborales.

¿Qué sucede cuando la fiesta no sale como esperamos? Para muchas personas, este tipo de compromisos laborales genera presión social y se sienten obligadas a asistir o a «convivir» aunque no les resulte cómodo. Para otras, estos eventos se perciben como fiestas informales entre amigos y se olvidan de que tienen lugar en un contexto laboral.

Lo anterior puede originar conductas no deseadas que desencadenan sentimientos de culpa al día siguiente y, en algunos casos, incluso despidos. Aunque no hay reportes oficiales de despidos en México por conductas inapropiadas durante festejos, existen estudios, como en el Reino Unido, que muestran bajas laborales tras una fiesta de oficina debido a conductas poco profesionales.

Si bien estas fiestas no son una prueba, sí son escenarios de observación social en los que no se evalúa el grado de diversión, sino el autocontrol, el respeto, el manejo de límites y la coherencia entre lo personal y lo profesional.

De acuerdo con lo anterior, es importante evitar conductas que puedan afectar negativamente la reputación en el entorno laboral. Algunas prácticas que deberían prevenirse incluyen, sin duda, el exceso de consumo de alcohol, ya que puede desencadenar la pérdida de control emocional o verbal, comentarios inapropiados e impulsivos y conductas que contradicen los valores de la empresa.

Otras acciones que también deberían evitarse son coqueteos incómodos, discusiones, chismes, bromas ofensivas o con carga sexual o discriminatoria, quejas abiertas sobre jefes o la empresa, entre otras.

Lo ideal es mantener un comportamiento respetuoso y coherente, manteniendo límites profesionales y mostrando respeto en ese entorno más relajado. Asimismo, es fundamental saber retirarse a tiempo y gestionar los desacuerdos con calma.

En términos de reputación profesional, lo ideal es no subir a las redes fotos en las que se observe explícitamente consumo de alcohol o videos con conductas irrespetuosas. Recordar que el evento se lleva a cabo dentro del ámbito laboral y que se debe vestir de acuerdo a la ocasión, no como una fiesta casual entre amigos; así que ponerse «hasta atrás» no es una opción. En estas fiestas hay que divertirse más y postear menos.

Además, si necesitas orientación o apoyo emocional, puedes consultarme como psicóloga.

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