El estrés como parte de la carga laboral
Padecer estrés laboral es el pan nuestro de cada día para millones de mexicanos. Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) revelan que el 75 por ciento de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral, ubicando a México por encima de países como China y Estados Unidos. Lo más irónico es que ya lo consideramos como algo normal, como si el estrés fuera parte inevitable de la carga laboral.
Con frecuencia, terminamos en consultorios médicos con trastornos digestivos, aumento en la presión arterial, dolores de cabeza, cardiopatía, contracturas musculares, alteraciones dermatológicas, trastorno del sueño, entre otros, sin darnos cuenta de que todos estos malestares están ligados al estrés.
Dado que no contamos con sistema de salud óptimo y que muchas empresas no están conscientes o no dan la debida importancia a las consecuencias que implica el estrés laboral -aumento de absentismo, mayor número de bajas por enfermedad, menor productividad, más quejas de clientes y bajo rendimiento de los empleados-, es fundamental que comencemos a cuidar nuestra salud mental por cuenta propia.
Algunas prácticas recomendadas para minimizar el impacto del estrés en nuestro organismo son:
- 1. Organización del tiempo: establecer prioridades, usar agendas y dividir grandes tareas en partes manejables.
- 2. Pausas activas: tomar descansos breves durante la jornada para estirar el cuerpo, caminar o hacer respiraciones profundas.
- 3. Límites saludables: desconectarse del trabajo fuera del horario laboral, evitando revisar constantemente correos o mensajes.
- 4. Prácticas de relajación: meditar, practicar yoga o ejercicios de respiración para mejorar el autocontrol y la gestión emocional.
- 5. Actividad física: ayuda a liberar tensión y mejora el estado de ánimo.
- 6. Apoyo social: hablar con compañeros, amigos o familiares puede resultar un gran alivio.
Si el estrés laboral se vuelve un dolor de cabeza constante, y al despertar lo primero que sentimos es no querer ir a trabajar, si nos invade la preocupación por cómo será nuestro día, nos sentimos poco productivos y poco valorados, y no encontramos sentido a nuestro trabajo, entonces lo más recomendable es buscar un lugar donde podamos dar lo mejor de nosotros mismos, sentirnos productivos y mantener una calidad de vida acorde a nuestras prioridades. Aunque el incentivo económico puede ser una motivación fuerte para permanecer en un empleo que no nos gusta, con el tiempo lo económico pasa a segundo plano y volvemos a sentirnos vacíos.
Recordemos que en el trabajo nadie es indispensable, por lo que debemos procurar brindarnos la mejor paz mental posible.
Si sientes que el estrés laboral está afectando tu salud y calidad de vida, no dudes en buscar apoyo profesional.
Como especialista en gestión del estrés y bienestar laboral, estoy aquí para ayudarte a encontrar estrategias efectivas y personalizadas que te permitan recuperar tu equilibrio, productividad y bienestar.
Tu salud mental es una prioridad. Agenda tu consulta y empecemos juntos el camino hacia una vida laboral más saludable y plena.
Psicóloga Maricruz Rahme en redes sociales
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