Micah Parsons, “The Gambler” y sus Cowboys

Micah Parsons, “The Gambler” y sus Cowboys

Desde la Tribuna 

Por Laura Sandoval

La NFL vive de ciclos, de momentos que se convierten en lecciones históricas. Lo que acaba de suceder con los Dallas Cowboys y Micah Parsons nos recuerda demasiado a uno de esos episodios que marcaron no solo a la franquicia, sino a toda la liga: la salida de Herschel Walker en 1989.

En aquel entonces, Jerry Jones, recién llegado como propietario, tomó la decisión de cambiar a su mejor jugador en busca de capital para construir un futuro. Ese movimiento, criticado en su momento, terminó siendo la piedra angular de la dinastía de los 90. Hoy, con el ex número once partiendo rumbo a Green Bay, la sensación de déjà vu es inevitable.

Pero hay diferencias clave. Esta vez, la motivación no es reconstruir desde cero, sino administrar el presente, el futuro inmediato y el dinero. Jerry Jones, empresario antes que dueño de un equipo, siempre ha sabido que la NFL es tan financiera como deportiva. El contrato de Parsons —cuatro años y 188 millones de dólares, con 136 garantizados— es un récord que refleja tanto la calidad del linebacker como el poder de su agente, David Mulugheta. En esta liga, los agentes ya no solo representan atletas: son arquitectos de destinos. Mulugheta presionó, Green Bay pagó, y Dallas optó por no hipotecar su flexibilidad futura, ya que en un futuro no muy lejano tendrá que pensar en los contratos de Brandon Aubrey, pateador estrella de la liga, y de KaVontae Turpin, regresador y receptor, por mencionar algunos.

Parsons se convierte en el jugador no quarterback mejor pagado en toda la historia de la NFL: al año ganará 47 millones de dólares, mientras que el tres veces campeón de Super Bowl, Patrick Mahomes, solo 40. Los Packers terminarán pagando entre Jordan Love y Micah Parsons 102 millones de dólares; increíble pensar que solo dos jugadores ocupen el 35.8% del tope salarial de la NFL para la temporada 2025, fijado en 279.2 millones por equipo.

Esto significa que, si un equipo gasta 100 millones de dólares en los salarios de dos jugadores, habrá utilizado casi el 36% de su presupuesto total permitido para esa temporada. Evidentemente, las preguntas saltan: ¿vale la pena un riesgo financiero de esa magnitud? ¿Con ello se garantiza la disputa por el Super Bowl? Sin duda, es estar más cerca de la encomienda, pero en los deportes todo puede suceder y nada está garantizado en la apuesta. La pregunta inmediata es: ¿hasta dónde van a ser solapados los caprichos económicos de los jugadores?

Jerry Jones siempre ha sido un personaje más polémico que heroico en la narrativa de la NFL: cuestionado por sus decisiones, señalado por su protagonismo y criticado por su estilo de gestión. Sin embargo, los hechos pesan más que las percepciones: bajo su mando, los Dallas Cowboys conquistaron tres Lombardis, una hazaña que muchos otros dueños envidiarían sin siquiera tener uno en su vitrina. Jones encarna esa dualidad incómoda: el magnate simplemente no permitiría las faltas de respeto de un agente o la altanería de un jugador. Él defiende a su franquicia como un símbolo personal, aunque eso signifique perder algunas batallas en el camino. Al final, guste o no, su legado está marcado por títulos, poder y controversia.

¿Fue una decisión fría? Sí. ¿Fue una decisión racional? Probablemente. Pero el precio deportivo es inmediato. Parsons era el corazón de la defensa, el disruptor que obligaba a los rivales a planear todo un esquema para neutralizarlo. Y justo ahora, en vísperas del enfrentamiento contra Philadelphia, la ausencia pesa más que nunca. Los Eagles llegan reforzados, con un roster diseñado para dominar las trincheras, y la pregunta es si Matt Eberflus tendrá suficientes respuestas sin su pieza más intimidante. Y como en todo divorcio, ¿alguien ha pensado en los niños? Es decir, en el ánimo y los pensamientos de los jugadores, que con esto seguramente también vieron afectada su concentración y su moral a menos de una semana de su debut en el Lincoln Financial Field, casa de los Eagles.

Lo paradójico es que, así como el trade de Herschel abrió paso a una gloria futura, este movimiento con Parsons podría convertirse en la jugada que defina si Dallas da un salto hacia una nueva era… o si se sumerge en otro ciclo de frustraciones. Jerry Jones siempre ha apostado fuerte. Esta vez, la apuesta no es por un jugador, sino por el valor del dinero y la visión de largo plazo. El movimiento le dio dos picks de primera ronda (2026 y 2027) y el traspaso del veterano Kenny Clark, aunque en lo general no luce tan impactante como aquel de 1989.

El problema es que la NFL no espera, y Philadelphia tampoco lo hará. La próxima semana ya sabremos el impacto de esta determinación. Esta campaña, los Cowboys estaban proyectados para obtener entre 8 y 9 victorias bajo el mando de Brian Schottenheimer. La pregunta es: ¿podrán lograrlo?

Sigue a Laura Sandoval en: Instagram @lautrek13 En X @LAuTrEK

Te puede interesar: El rugido eterno de Chengdu

Los textos publicados en la sección de Opinión son responsabilidad exclusiva del autor

Entérate de las noticias por medio de nuestra cuenta oficial en Instagram


¿De verdad quieren cambiar a Micah Parsons?

¿De verdad quieren cambiar a Micah Parsons?

Desde la Tribuna 

Por Laura Sandoval

A veces en la NFL las decisiones más incomprensibles vienen disfrazadas de “movimientos estratégicos”. Y pocas cosas suenan tan absurdas como la idea de que los Dallas Cowboys puedan dejar ir a Micah Parsons. No sólo sería una torpeza deportiva: sería traicionar el alma misma de su defensa.

Parsons no es cualquier jugador. Desde que llegó a la liga en 2021, ha sido una fuerza imparable, un disruptor nato, un rayo que cae en cada jugada. Pero más allá de las estadísticas —que por sí solas ya son impresionantes—, su energía, su liderazgo y su compromiso han sido el corazón de una defensiva que muchas veces ha tenido que cargar con la inconsistencia ofensiva del equipo.

Ayer la bomba explotó. El conflicto, como en muchos casos, parece ir más allá del emparrillado. Tensiones contractuales, egos en la gerencia, o simplemente una desconexión profunda entre el valor real de un jugador y la visión de quienes toman las decisiones en las oficinas de Frisco.

No sería la primera vez que una franquicia subestima o intenta presionar a una superestrella defensiva. T.J. Watt, por ejemplo, vivió algo similar con los Steelers: dudas sobre su extensión, conversaciones complicadas. La diferencia es que Pittsburgh supo hacer lo correcto. Le dieron lo que merecía y hoy tienen a uno de los mejores pass rushers anclando su defensiva.

Myles Garrett en Cleveland es otro ejemplo. Talento generacional pero a pesar de las declaraciones y hartazgos en su momento y la amenaza de salir del equipo de Cleveland La paciencia —y las negociaciones— lo mantienen ahí. Hoy, los Browns lo ven como una pieza fundamental para su nuevo intento de reconstrucción.

Pero hay otros que ya no están dispuestos a esperar. Terry McLaurin, el receptor estrella de Washington, es otro de los tristes casos que ya pidieron su trade. Y qué decir de Trey Hendrickson, líder en capturas de los Bengals que también esta pasando por un momento complejo. Tal pareciera que estos jugadores x alguna extraña razón no están siendo correspondidos y pareciera que su lealtad está siendo malinterpretada como debilidad.

Micah, desde Harrisburg hasta Arlington, ha demostrado su amor por los Cowboys. Pero el amor también se cansa cuando no es recíproco.

Todo parece indicar que tristemente Dallas no valora a Parsons como lo que es —un talento generacional, una cara de franquicia, un símbolo de entrega— y ahora alguien más lo hará. Y bajo este escenario, los Cowboys no solo perderán a un gran jugador, perderán a uno de los pocos que realmente enmarcan lo que alguna vez significó portar la estrella en el casco.

52 capturas de quarterback en cuatro temporadas no fueron suficiente argumento.

El Jugador Defensivo del Año en 2021, dos veces All-Pro,cuatro veces Pro Bowl, ganador del premio Dick Butkus…

Está buscando nuevo equipo.

Sigue a Laura Sandoval en: Instagram @lautrek13. En X @LAuTrEK

Te puede interesar: Tazón México VIII: La batalla de la tempestad

Los textos publicados en la sección de Opinión son responsabilidad exclusiva del autor

Entérate de las noticias por medio de nuestra cuenta oficial en Instagram

Salir de la versión móvil