Hay líneas rojas que no deben cruzarse

La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, aseguró en su programa de televisión poseer fotos íntimas de diputadas del PRI, lo cual no es solo una amenaza inadmisible, también es un delito. La Ley Olimpia se aprobó precisamente para castigar esa deleznable práctica y la influencer YosStop estuvo en prisión por una conducta similar.

El asunto no quedó en el exabrupto de la mandataria en funciones de conductora televisiva. Toda la estructura oficialista en redes sociales, misma que es controlada desde Palacio Nacional, fue activada para acosar, calumniar y denigrar a legisladoras de oposición por ese supuesto material.

Resultó lastimoso ver que mujeres se sumaran al escarnio, muchas de las cuales se han movilizado para repudiar la violencia estructural que sufren, pero en esta ocasión se volvieron cómplices de ella y se olvidaron de la sororidad que pregonan al seguir el reflejo de la inescrupulosa polarización promovida por el presidente y atacar con saña misógina a las injustamente señaladas solo por ser opositoras.

Vivimos tiempos cínicos en los que gobernantes prepotentes violan la ley sin disimulos, sabiéndose impunes. Peor aún, la señora Sansores, cuyo padre era emblema de la corrupción caciquil del viejo régimen, lleva a su programa al fiscal del estado, quien no solo presencia la difusión de audios ilegales y la confesión de delitos, le sigue el juego mediático, convirtiendo la venganza presidencial en un reality show. Renato Sales es conocido por ser un funcionario honesto, serio y respetable, pero por lo visto nadie se salva de la degradación en esa pantomima que llaman cuarta transformación.

El régimen espía líderes opositores y manipula la justicia con fines políticos. Decirlo no defiende conductas indebidas, demanda que se actúe con apego a Derecho y respetando el debido proceso. Lo que no entienden López Obrador y sus secuaces es que para conservar el poder no todo está permitido. 

Los textos publicados en la sección de Opinión son responsabilidad del autor que lo emite y no plasma el criterio de México Habla.  

La corrupción con autorización

Hace unas semanas platicaba en el podcast de México Habla con el periodista Fernando Coca, autor de los libros “Quién quitó los pernos” y “Línea Dorada los leones al asecho”, gran parte de la charla se tornó en hablar de omisiones y corrupción como principales factores causa del accidente de la Línea 12

Nunca en nuestro país se habían dado tantas adjudicaciones directas cómo en este sexenio, es decir contratos que no requieren licitación para otorgarse y que en muchos casos implican actos de corrupción de por medio, esto a pesar de la promesa del propio presidente Andrés Manuel López Obrador de acabar con este problema.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, el 86 % de la población considera frecuentes o muy frecuentes los actos de corrupción en las instituciones de gobierno.

Es decir, a pesar de que en los sondeos populares la mayoría de los encuestados considere que el presidente no es corrupto, sí piensan que existen actos de corrupción y esta corrupción no puede darse en el gobierno sin que los altos funcionarios no se den cuenta o no estén de acuerdo. 

El problema de esta administración es que autoriza la corrupción, es prácticamente imposible que AMLO señale de corrupto a un funcionario de su administración porque sería una contradicción con su narrativa. Parece ser hoy los funcionarios tienen permiso para corromper porque nadie será acusado de corrupción, porque para el mandatario no la hay, solo porque lo dice él.

De acuerdo al índice de corrupción de América Latina, según el último Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC). Que clasifica a 15 países de América Latina en función de su capacidad para detectar, castigar y prevenir la corrupción. México está en el lugar 12, sólo por debajo de Guatemala, Bolivia y Venezuela, resultado nada alentador.

La corrupción no se combate con discurso, sino con acciones. Mucha tarea de este gobierno por hacer y mucho que cuestionarnos como ciudadanos, aplaudir obras opacas no ayuda a tener un mejor país.

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Quieren ganar a la mala

Aunque la Constitución establece que las precampañas para la presidencia de la república inician en noviembre de 2023, los suspirantes por la candidatura del partido oficial que en el viejo régimen se les conocía como tapados y ahora su restaurador llama corcholatas, andan desbocados, descuidando sus obligaciones como funcionarios y sin reparar en las violaciones a la ley.

Ni siquiera disimulan. Realizan actos públicos para hablar de sus aspiraciones, se van de gira a placearse con el menor pretexto, pintan bardas con sus nombres, aparecen en espectaculares y publicidad móvil. Están en abierta campaña anticipada y usan recursos públicos para hacer propagada personalizada, ambas conductas prohibidas expresamente por la legislación electoral. Por eso no extraña que el INE los haya reconvenido.

El problema es que el gobierno y su partido son violadores seriales de las normas y por eso arremeten contra el árbitro electoral. Cuando eran oposición peleaban por equidad en la contienda y ahora que están en el gobierno operan elecciones de Estado y hacen trampa para sacan ventaja.

Les interesa más conservar el poder que gobernar. Mientras Adán Augusto usa aviones oficiales para ir a actos proselitistas de Morena y alaba los tiempos del Señor, el crimen se apropia de territorios y desangra al país. Claudia Sheinbaum se va a inaugurar una refinería que operará hasta 2026 y el Metro se incendia dos veces en menos de una semana. Ocurre la mayor tragedia migratoria en Texas con 53 muertos en un tráiler, la mayoría mexicanos, pero Marcelo Ebrard presume que el presidente ya lo destapó cinco veces. Y Ricardo Monreal tratando de dar portazo, sabiendo que el gran elector no lo quiere.

Adelantar la sucesión fue idea de López Obrador, piensa que con él regresaron los tiempos oscuros en los que el presidente designaba a su sucesor mediante dedazo. Pero subestimar a los ciudadanos es tan absurdo como pretender desmontar la Estatua de la Libertad.

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Dejemos de tropezar con la misma piedra

Siempre que estalla un problema grave, el presidente encuentra la manera de desviar la atención hacia asuntos estridentes, pero de poca trascendencia. Que las disculpas de España, que el penacho de Moctezuma, que la rifa del avión presidencial que no lo rifó y sigue sin venderse. Se ha dedicado a distraernos de la corrupción de su gobierno, de las transas de sus familiares, de la crisis económica, del desempleo, de la inflación, de la violencia desbocada, en fin, del desastre al que nos ha llevado.

El asesinato de los dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora, así como del guía de turistas, Pedro Palma, pusieron en el centro de la discusión el rotundo fracaso de la política de seguridad. Como dijo el padre Javier Ávila en las exequias, “los abrazos ya no alcanzan para tantos balazos”. Pero López Obrador se niega siquiera a discutir la posibilidad de cambiar la estrategia y, en plena conmoción por los hechos, decidió irse a jugar beisbol y difundir un infomercial del partido, presumiendo haber ganado con todo y los cachirules del equipo contrario.

Lejos de ayudarle, el desplante propagandístico resultó contraproducente. Y fue entonces cuando de manera extraña subieron a la red una foto poco favorable de su hijo menor. Nada justifica el escarnio hacia un adolescente y condenó la deplorable discriminación por su apariencia, pero muchos cayeron en la trampa, la conversación cambió y el mandatario aprovechó para victimizarse, el terreno en el que mejor se mueve.

Ojalá la sincronizada indignación oficialista sirviera para cuidar de otros menores, como los que tienen cáncer o se quedaron sin escuela de tiempo completo o estancia infantil, pero lo dudo. El caso es que la violencia e inseguridad siguen azotando al país. Acaban de masacrar policías estatales en Nuevo León y de disparar contra quien estaba formado en una fila llena de niños que esperaban vacunarse en Puebla. Ya no permitamos que nos distraigan.

Los textos publicados en la sección de Opinión son responsabilidad del autor que lo emite y no plasma el criterio de México Habla.  

Aprobar estudiantes por decreto

Se publicó en el Diario Oficial de la Federación que la Secretaría de Educación Pública aprobará a todos los alumnos del país, es decir que todos los estudiantes de primaria y secundaria aprobarán este año por decreto, no por sus méritos. 

Nadie puede negar que la pandemia hizo que la sociedad completa sufriera cambios severos en su comportamiento. Los alumnos en todo el mundo tuvieron que tomar clases a distancia y las desigualdades se hicieron notar de manera aguda. Muchos de los niños y adolescentes en zonas marginadas no pudieron acceder a clases y desertaron.

Dicho esto, no parece ser una buena idea aprobar a todos los estudiantes y obligar a los maestros a calificar a partir de seis en una escala de 6 al 10 sin que la asistencia sea un requisito aprobatorio. En un país con severos rezagos educativos una medida de este tipo no puede ser acertada. 

Según la OCDE, nuestro país se ubica en el lugar 102 de 137 según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), incluso por debajo de países como Etiopia. En  América Latina, Chile ocupa el lugar 43, mejor ranking para país de América Latina más de 50 posiciones por encima que México.

La plantilla de la eduación básica en nuestro país es de alrededor de los 25 millones de alumnos y 1.2 millones de maestros en más de 226 mil escuelas públicas y privadas, todos ellos podrán acceder al siguiente grado escolar sin importar sus avances en materia educativa. 

Sin evaluaciones a maestros, con decretos para aprobar a todos los alumnos y con una política pérdida en educación el futuro inmediato de los estudiantes en México se ve sombrio. No será con decretos como el país avance.

CASTILLOS EN EL AIRE

BALÓN AL ÓLEO

‘CASTILLOS EN EL AIRE’

Por José Luis Cuevas Rodríguez

“Estamos a las puertas de un Mundial Sub-20, de una generación que debe seguir peleando por una presea olímpica” se decía en todos lados, como si se tratara de sólo decirlo y lograrlo. “Somos uno de los grandes formadores de talento”, sentenciaba el Pdte. de la Liga MX en una declaración desde Roma, Italia, que parecía convincente y que terminó siendo contradictoria, tan sólo unas horas después, como si se tratara de una pesadilla, el futbol mexicano ha vuelto a convertirse en sinónimo de análisis y vergüenza.

La Selección Sub-20 ha confirmado uno de los grandes fracasos a nivel de selecciones de toda su historia, los objetivos no han sido logrados y los próximos años futbolísticos a nivel de selecciones serán de terror, el equipo dirigido por Luis Pérez no pudo avanzar más allá de Cuartos de Final en el Premundial Sub-20 y con ello perdió la posibilidad de calificar a la Copa del Mundo de la especialidad del próximo año en Indonesia y de paso, quedó lejos en su intento de calificar a los Juegos Olímpicos de París 2024.

¿De qué tamaño es el fracaso?, es muy simple, desde 2008, la FMF no sabía lo que era quedar fuera de unos Juegos Olímpicos (Beijing 2008), desde 2009 en Egipto, México no faltaba a un Mundial Sub-20. El arte de dar las cosas por hecho en nuestro idiosincrasia hizo de nueva cuenta que hoy, una generación quede marcada, que el fracaso vuelva a hacernos compañía como si reflejara nuestro ADN, ese que menosprecia la zona, y que si quiere agudizar aún más su momento, cae en penales para justificar y acompañar la pesadilla.

Difiero mucho de las palabras de Mikel Arriola, y es que la formación de futbolistas no termina a los 17-20 años, en nuestro futbol se olvidan de lo más importante, la consolidación de proyectos, aquí, prefieren jugar con 9-10 extranjeros, aquí no hay descenso, ni ascenso, aquí los jóvenes cuando llegan a los 20 años, tienen que buscar jugar en una Liga de Expansión porque los cupos en Primera División están llenos, si tienen suerte o son seleccionados, pueden tener un mejor futuro, si no, difícilmente podrán aspirar a consolidarse en el máximo circuito.

México no es un futbol formador, el concepto se manipula a conveniencia, en su momento tuvieron que inventar una regla para justificar la presencia de jóvenes, ahora ya ni esa regla existe, hoy la FMF y la Liga MX está cosechando lo que se ha encargado de sembrar en los últimos años, la generación que prometía de cara al Mundial 2026 ha sido marcada, Luis Pérez como entrenador no se diga, hoy en la FMF y la Liga MX deben lavarse la cara y entender de una vez por todas, que traer extranjeros por traer no es el camino, que suprimir el descenso ha sido una atrocidad, que los jóvenes por obligación o necesidad deben tener minutos en primera división, ya basta de construir CASTILLOS EN EL AIRE.

P.D. El fracaso hoy pega en lo anímico y en el bolsillo, a ver si entienden.

HASTA LA PRÓXIMA

Detengamos la barbarie

El lunes 20 de junio asesinaron a dos jesuitas en Cerocahui, comunidad de Urique, en la sierra tarahumara de Chihuahua. Los sacerdotes Javier Campos de 79 años y Joaquín Mora de 80 fueron ultimados cuando auxiliaban a Pedro Heliodoro Palma, guía de turistas que buscó refugio en la iglesia mientras era perseguido por el matón del pueblo, conocido como “El chueco”, a quien se le vincula con el cártel de Sinaloa.

El atroz crimen dio la vuelta al mundo y el Papa Francisco expresó su consternación por el cobarde asesinato de dos miembros de su congregación. No era para menos. Ambos religiosos dedicaron su labor pastoral a servir en una zona de ancestral pobreza, marginación y arbitrariedad, acompañando al pueblo rarámuri con el que se tiene una inmensa deuda de justicia.

No solo profanaron el templo, también robaron los cuerpos, quitándoles el derecho a cristiana sepultura. La Compañía de Jesús emitió un comunicado en el que hizo notar el dolor del pueblo por la violencia imperante y se solidarizaron con tantas víctimas cuyo sufrimiento no suscita la misma empatía y atención pública. Tienen razón. En solo tres años y medio del presente gobierno ya se rebasaron los 121 mil homicidios dolosos, más de los que hubo en todo el sexenio de Felipe Calderón. 

Pero no solo los asesinatos están fuera de control. Las desapariciones aumentan, lo mismo que la extorsión, el secuestro, la trata y el robo con violencia. Evitar confrontarse con el crimen organizado ha permitido que este domine cada vez más territorios, dejando a la población desamparada. Apostar al establecimiento de un cártel hegemónico que ayude a pacificar es resignarse a cogobernar con criminales.

Es innegable el fracaso de la estrategia, aunque la necedad de López Obrador le impida reconocerlo. Aseguró que combatiría las causas, enfrentando la pobreza, pero hoy hay millones de pobres más que cuando asumió la presidencia. Es momento de tomar las calles y gritar ¡Ya basta!

FANTASÍA O REALIDAD ¿VIRTUAL?

Por: Aimée Argüero Fonseca y Davide M. Marchioro

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son»
Calderón de la Barca

La fantasía es la representación simbólica de la relación entre un sujeto y sus objetos pulsionales, que permite la consecución de un deseo consciente o inconsciente que no ha sido obtenido parcial o totalmente en la realidad. 

Los primeros años de la infancia, durante la etapa oral, según Freud, los niños pequeños están regidos por el principio del placer, donde la actividad psíquica busca retraerse de todo acontecimiento que pudiera provocar desagrado, cosa que, en una infancia normal y saludable, se da de forma natural. Los cuidadores responden con presteza a las necesidades del infante. Llora y es atendido. Aprende a hacer realidad sus deseos y se siente pleno. 

No pasa mucho tiempo, antes de que el niño sepa que no podrá obtener todo lo que desea, después de hacer berrinches se da cuenta de la terrible situación en la que se encuentra. A veces la respuesta es no, por mucho que lo intente. Se instaura entonces el principio de la realidad. El mundo no es un cuento de hadas y conforme los años avanzan, los golpes de la vida lo confirman. Estamos entonces obligados a aceptar que la realidad puede ser absurda, cruel y despiadada a veces. El golpe es tan duro que es necesario un paliativo, bienvenida fantasía. 

No todas las personas se dejan llevar salvajemente por sus fantasías, pero no hay una sola persona que no se permita soñar con una realidad menos agreste. Desde el imaginar que el tiempo avanza rápido y por fin es la hora de salida o el último día de la semana laboral, hasta formular historias donde son protagonistas de aventuras heroicas de las cuales siempre salen bien librados y reciben vítores del pueblo agradecido. A mayor vacío, mayor necesidad de escapar de la realidad. Pero no hay una forma de cuantificar el vacío, hay seres más sensibles que otros, y algunos cuya creatividad les permite imaginar dimensiones tan alternativas que podrían ser el mismísimo Dr. Strange, aunque su vacío personal no represente un hoyo negro, sirven de base para creaciones artísticas a través de la sublimación, que le imprime un carácter saludable porque permite liberarse de estados depresivos o estresantes. 

Aunque el diccionario dice que lo “virtual” es aquello que existe de forma aparente y no es real, el problema es que la realidad objetiva es bastante cuestionable, dado que una cosa es la realidad material y otra lo que percibimos de ella. La realidad material es ontológica y hasta cierto punto independiente del sujeto cognoscente, asi que la percepción intenta descifrar el mundo, pero el cerebro no tiene acceso directo a él, ni siquiera nos salva Galileo, quien afirmaba que donde los sentidos nos fallan, la razón debe intervenir. Pero y la razón de dónde surge si no de las experiencias vividas, que son resultado justamente de la realidad subjetiva percibida. Se perciben experiencias reales, no realidades objetivas, es decir, estamos inventando el mundo. 

La realidad virtual nos permite inventar un mundo con tintes un poco más objetivos, que la fantasía. Es una adaptación actualizada por otras personas que diseñan innumerables entornos previamente establecidos y el usuario tiene la posibilidad de elegir la dimensión de la realidad a la que quiere acceder, gracias al uso de tecnología informática avanzada, haciendo uso de dispositivos que nos permiten llevar nuestros sentidos a esos lugares. Es más fácil huir a espacios seguros ahora, pero el aislamiento y la aparentemente infinidad de caminos, puede provocar ansiedad en algunos.

La virtualidad se ha expandido después de la pandemia y no se limita a entornos a los cuáles acceder mediante cascos o lentes, se le llamó también virtual al mundo que se gestó para dar continuidad a la vida, mientras la presencialidad representaba un serio peligro para las personas. Los límites de lo posible se redujeron, pero nos dejaron vulnerabilidades insospechadas. Es curioso como crecieron exponencialmente las estadísticas de personas con trastornos mentales, especialmente ansiedad y depresión.

Donde las fantasías protegían al soñador de los deseos no realizados, la realidad virtual aparece como una opción para mostrar a los sentidos la obtención de los mismos, con un diseño pre pagado. La pregunta es… el avance desde imaginar a ver y escuchar se ha formalizado. ¿Qué pasará cuando se incluyan los otros sentidos?, cuando se trascienda de las pruebas piloto realizadas hasta la fecha con mediano éxito, cuando podamos a través de la virtualidad probar, tocar y oler a voluntad. ¿Si la insatisfacción derivada del principio de realidad rige nuestro actuar y nos sirve de mapa para saber hacía dónde ir… dejaremos de buscar?, será que entonces, con todos los deseos satisfechos, como niños, ¿seremos por fin completamente felices?.

Todo es culpa del pasado

El grave problema de la inseguridad que tiene el país, el desempleo, la falta de crecimiento económico, el retraso en la educación y prácticamente cualquier retraso que tiene este país es culpa del pasado, esto según el presidente Andrés Manuel López Obrador

Tras 3 campañas presidenciales, después de más de una década de intentar llegar a la presidencia de México y a más de la mitad de su gobierno López Obrador parece no tener más respuesta que culpar al pasado. Hoy, el desgaste que implica responder lo mismo comienza a cobrar facturas. 

Prácticamente cualquier cuestionamiento que se le haga al mandatario sobre alguna de las crisis que viva el país termina en culpar a los nombres del pasado, al ex presidente Felipe Calderón (su favorito), pero lo mismo a los expresidentes Carlos Salinas, Vicente Fox o a cualquiera que considere mafia del poder o lo que llama “conservadores”.

Todo parece indicar que no va a cambiar su estrategia de comunicación al culpar al pasado de todos los problemas del presente. Para su mala fortuna hoy López Obrador no es candidato, a quienes hoy gobierna no son los escuchas en su campaña y hoy se esperan resultados, no solo promesas ni culpas al pasado.

Pasamos del fue el Estado al no hay Estado

El crimen organizado se ha convertido en actor electoral relevante. Durante las campañas del 2021 asesinaron a 102 políticos, 36 de ellos aspirantes o candidatos.

El crimen organizado se ha convertido en actor electoral relevante. Durante las campañas del 2021 asesinaron a 102 políticos, 36 de ellos aspirantes o candidatos. El día de los comicios se hicieron presentes, de manera notable en los estados del Pacífico. Hubo secuestros, intimidaciones, robos de urnas, expulsión de representantes, cómputos adulterados. No obstante la abundante evidencia de la participación delincuencial, López Obrador aseguró a la mañana siguiente que los criminales se habían portado bien, seguramente porque su partido era el beneficiado.

En las recientes elecciones del 5 de junio ocurrieron hechos similares, sobre todo en Tamaulipas. La creciente influencia política de organizaciones delincuenciales significa impunidad para sus diversos giros, dejando a poblaciones enteras indefensas.

Botones de muestra sobran. Pollerías de Chilpancingo cerraron después de una serie de asesinatos de productores y vendedores. San Cristobal de las Casas fue literalmente tomada por criminales y hace unos meses sucedió lo mismo en Caborca. Vemos comboyes de hombres armados pasar frente al Ejército como si nada. En Nueva Italia los corretearon y hasta se atrevieron a hacer un retén donde el presidente andaba de gira. 

Por eso no extraña que legisladores norteamericanos alerten sobre el control territorial de los cárteles y el asesinato de periodistas. Porfirio Muñoz Ledo le puso el cascabel al gato al decirle a López Obrador que los acuerdos con el narco no son heredables, que ellos se van a entender con el que llegue y quizá tengan ya tanta fuerza que ni lo necesiten. La periodista Anabel Hernández confirma el contubernio y Francisco Labastida expone su extrañeza por las cuatro visitas que lleva el mandatario a un emblemático municipio del Triángulo Dorado de solo 5 mil habitantes.

Ya no podemos ignorar al elefante en la sala, a menos que admitamos que el crimen imponga al próximo presidente.

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