Después de años de espera, nostalgia y exigencia ciudadana, Nayarit comienza a sanar una herida abierta en el corazón de su capital. Con el arranque oficial de la construcción del nuevo estadio de fútbol Nicolás Álvarez Ortega (NAO), Nayarit recupera un espacio que no solo fue emblemático para el deporte, sino también para la convivencia y la identidad colectiva de generaciones enteras.
Un nuevo estadio con alma histórica
Con capacidad para 12,564 espectadores, el nuevo estadio honrará su legado con una arquitectura moderna y funcional, pero fiel a su esencia. Regresará la mítica «Cachucha», símbolo visual del antiguo NAO, y se integrarán espacios renovados como los 64 palcos, área comercial, tribunas accesibles, iluminación profesional, y una cancha de pasto sintético de última generación.
En este mismo complejo se respetará y fortalecerá el espacio de la Escuela Estatal de Música, integrando el arte y el deporte en un solo eje cultural y comunitario.
Al respecto, el gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, afirmó que se trata de «un espacio que educa el cuerpo y el alma».
Una deuda histórica saldada
El nuevo estadio se construye en el terreno donde estuvo el anterior NAO, demolido de manera arbitraria durante la administración de Ney González, hoy prófugo de la justicia. El fallido proyecto de «Ciudad de las Artes», que nunca logró concretarse y donde incluso se registró la muerte de un menor en un lago artificial, dejó un terreno desolado, vacío de vida y memoria.
Sobre este hecho, el poeta nayarita Octavio Campa Bonilla ha sido contundente: «¿Cuántos de esos jóvenes saben el criminal motivo del sátrapa que luego de demoler el emblemático NAO amontonó sin ton ni son ese adefesio al que denominó Ciudad de las Artes?». Su crítica es eco de un reclamo más profundo: el derecho de Nayarit a no ser despojado de sus símbolos.
Un sueño con meta en la primera división
Durante el acto de arranque, el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, lanzó un reto: «Quiero que hagamos un equipo de fútbol que se llame Deportivo Tepic, los Coras del Deportivo Tepic. Hay que hacerlo. Nos quedan 25 meses de gobierno y pediría terminar el estadio en menos de 18 meses. Quiero que Tepic, algún día, juegue en primera división», expresó.
El llamado fue bien recibido por el presidente de la Asociación Estatal de Fútbol, Antonio Huizar Espinoza, quien agradeció al mandatario y celebró la decisión como un anhelo cumplido: «Todo el mundo lo esperaba. No se canse, no desmaye, siga apoyando a los nayaritas».
Voces que construyen memoria
Quienes vivieron el esplendor del viejo estadio han compartido sus recuerdos con emoción. El exjugador Ramón Ramírez, nacido en Tepic y formado en la escuela del Roro Luna, dijo: «El estadio Nicolás Álvarez Ortega no era solo una cancha, era un templo. Aquí se llenaba cada 15 días, era una fiesta. Yo jugué aquí por primera vez a los 8 años, en el medio tiempo, cuando nos premiaban en la escuela de fútbol. Era tradición, era el alma de la ciudad».
Misael Espinosa y Marcelino Bernal, también figuras destacadas del fútbol mexicano, coinciden: este no es solo un proyecto de infraestructura, es una restitución simbólica, una reconexión con el espíritu futbolero de Nayarit.
Con el nuevo NAO, Nayarit no solo recupera un estadio: recupera su historia, su orgullo y su sentido de comunidad.

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